Hubiera sido magnífico que los represaliados Juli y Perera hubieran aprovechado esta comparecencia ante el taurinismo (estaba allí todo el mundo: empresarios,compañeros, la prensa en pleno...) para dar un puñetazo en la mesa. Y el puñetazo no podía ser otro que traerse un corridón de toros y decir "aquí estamos". Pero desdichadamente han seguido en la rutina de los hierros comerciales y las corriditas a modo.
Creo que ambos tienen oficio y capacidad para haberlo hecho, pero es evidente que han preferido seguir en el sistema esperando que este les "levante el arresto".
Los trinufos cantados hiperbólicamente, ante una corrida bajo mínimos de todo, eran un "yo voy a ser bueno" ante ANOET, mas que un verdadero desplante. Una pena.
Se han perdido una oportunidad de oro para mostrarse como verdaderas figuras, de las antiguas, de las que competían a ver quien toreaba lo mas bravo, lo de mas trapio, lo de mas casta. Como cuando Luis Miguel se vino de Bilbao porque no le dieron la corrida de Miura.
Han elegido seguir siendo honrados funcionarios y les deseo sinceramente que no tengan que arrepentirse.
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